El cuento aquí: A burro muerto, cebada para el rabo
Dichosa conciencia que tenemos cada
cual y tan diferente una de otra. Todos podemos llegar a tener nuestra propia
conciencia y cuidado que son muy diversas. Me contó un amigo que después de una
dura jornada (no porque su trabajo fuese agotador sino por lo pesado que era
aguantar a su jefe) llegaba a casa y se ponía con la consola a matar monstruos.
Se pasaba horas imaginando que cada uno de los bichos era su jefe. Me decía que
así se quitaba la tensión acumulada. Me demostró que no ra verdad y que
esa tensión seguía en su cuerpo, un día festivo por la tarde. Paseábamos tan enfrascados
en nuestra conversación que no nos dimos cuenta de que habíamos cruzado un
semáforo de peatones en rojo. Sentimos el claxon de un Audi que tuvo que frenar
para no atropellarnos y al girarnos hacia él vimos como el conductor cabeceaba
enérgicamente de indignación. Inocentemente me acerqué al conductor indicándole
que me bajase la ventanilla, sin otra intención que poder pedirle perdón por
nuestra imprudencia. El hombre al ver que me aproximaba salió del coche
gritándome.
- ¡Ven, ven hijo de puta! ¡A ver esos cojones!
Me
paré en seco porque estaba clarísimo que el conductor confundía mi intención.
Ante la provocación del hombre mi amigo tuvo los cojones, que yo confundido aún
andaba buscando. Los dos se enfrascaron en una discusión de insultos que no
conducía a nada, por lo menos nada bueno. Intenté decirle al conductor en palabras
ahogadas, por los gritos de ellos dos, que tenía razón, pero que tampoco era
manera de salir insultando sin más. Cuando me quise dar cuenta, era
tarde. El conductor y mi amigo habían llegado a las manos.
Después de la reyerta, mi amigo y yo, fuimos a un bar a tomarnos
unas cañas. Estábamos riendo como si hubiésemos salido del cine de ver una
película de cachondeo. En la conversación que tuvimos en ese momento mi colega
me confesó que, si en el momento de máxima excitación hubiese llegado a tener
una pistola, como la del juego de su consola, se la habría descargado
completamente en la cabeza al maldito conductor. También que si hubiera sido
así ahora su conciencia le habría desquiciado. Hay diferentes formas llenar la
conciencia y otra es la del siguiente capítulo.
Interesante blog. Un placer pasar por él. Saludos
ResponderEliminar