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El terror tiene muchas formas y la muerte cercana es una de ellas. Este blog empezó en tono irónico y burlón como manual de ayuda para dejar de matar como quien necesita dejar de fumar, partiendo de un libro ‘Inocencia Muerta’. Los primeros capítulos de este libro tienen una presentación en este blog y pueden leerse en su enlace. El resto de las historias pueden leerse en el libro.


Capítulo 6 "Matar moscas a cañonazos"

  Lo increíble del ser humano no es solo que destruya su entorno como si fuera el cáncer del mundo sino también su facilidad para auto destruirse. Seguramente el instinto criminal es tan primitivo que ya nos hacía compañía incluso antes de que diésemos el paso a llamarnos civilizados (que paradoja, nos denominados civilizados cuando aún no somos capaces de convivir como hermanos). Desde antaño ya se asesinaba a quien fuese con tal de llegar a conseguir un objetivo. Que importaba arrasar aldeas, pueblos, ciudades y países, lo importante era al ansia de conquista. Lo peor de "matar moscas a cañonazos" aunque sea con la mejor de las intenciones es que siempre acaban pagando los justos por pecadores. Aunque la definición de la frase sea: la utilización excesiva de recursos para algo simple de lograr. No deja de ser de lo más oportuna para las excesivas incongruencias que generan los gobiernos al realizar acciones que ponen en peligro vidas inocentes con el pretexto de evitar otras muertes. Y lo peor no es que se pongan en peligro vidas, sino que se acaban perdiendo. Por supuesto a esto le sacaron un término y con eso todos nos tenemos que sentir razonables a su significado. Me refiero a "Daños colaterales". Y siempre habrá quien le dé más florituras como con la frase: ¡Claro, no se va a hacer una tortilla sin romper los huevos! Es triste, pero de masacres está repleta la historia y tal vez sea esto lo que nos impida mejorar. Cuando una persona o colectivo presume de ser virgen en temas turbios procura que su continuidad sea eterna, pero cuando algo o alguien ya está manchado le da igual seguir cayendo en tentaciones macabras porque precisamente la fama ya le precede. Lo difícil es cambiar. Si sorprende lo inhumanos que somos al realizar actos que pueden suponer masacres no nos tendrían que sorprender en la ficción donde imaginamos la realización de actos en gran barbarie. La literatura está llena y el cine no se queda atrás. Así que tras leer esta última historia que nadie me culpe de dar ideas cuando en realidad lo que hago es alertar de las posibilidades. Siendo algo más preciso en mi argumentación constato que el terrorismo suele nacer de lo anteriormente expuesto, pero sigue creciendo del odio y se alimenta de vidas.

  El capítulo que corresponde a esta introducción os está esperando para ser leído en el libro “Inocencia Muerta”.