Lo increíble
del ser humano no es solo que destruya su entorno como si fuera el cáncer del
mundo sino también su facilidad para auto destruirse. Seguramente el instinto
criminal es tan primitivo que ya nos hacía compañía incluso antes de que
diésemos el paso a llamarnos civilizados (que paradoja, nos denominados
civilizados cuando aún no somos capaces de convivir como hermanos). Desde
antaño ya se asesinaba a quien fuese con tal de llegar a conseguir un objetivo.
Que importaba arrasar aldeas, pueblos, ciudades y países, lo importante era al
ansia de conquista. Lo peor de "matar moscas a cañonazos" aunque sea
con la mejor de las intenciones es que siempre acaban pagando los justos por
pecadores. Aunque la definición de la frase sea: la utilización excesiva de
recursos para algo simple de lograr. No deja de ser de lo más oportuna para las
excesivas incongruencias que generan los gobiernos al realizar acciones que
ponen en peligro vidas inocentes con el pretexto de evitar otras muertes. Y lo
peor no es que se pongan en peligro vidas, sino que se acaban perdiendo. Por
supuesto a esto le sacaron un término y con eso todos nos tenemos que sentir
razonables a su significado. Me refiero a "Daños colaterales". Y
siempre habrá quien le dé más florituras como con la frase: ¡Claro, no se va a
hacer una tortilla sin romper los huevos! Es triste, pero de masacres está
repleta la historia y tal vez sea esto lo que nos impida mejorar. Cuando una
persona o colectivo presume de ser virgen en temas turbios procura que su
continuidad sea eterna, pero cuando algo o alguien ya está manchado le da igual
seguir cayendo en tentaciones macabras porque precisamente la fama ya le
precede. Lo difícil es cambiar. Si sorprende lo inhumanos que somos al realizar
actos que pueden suponer masacres no nos tendrían que sorprender en la ficción
donde imaginamos la realización de actos en gran barbarie. La literatura está
llena y el cine no se queda atrás. Así que tras leer esta última historia que
nadie me culpe de dar ideas cuando en realidad lo que hago es alertar de las
posibilidades. Siendo algo más preciso en mi argumentación constato que el
terrorismo suele nacer de lo anteriormente expuesto, pero sigue creciendo del
odio y se alimenta de vidas.
El capítulo que corresponde a esta introducción os
está esperando para ser leído en el libro “Inocencia Muerta”.